En estos últimos años, cada vez son más los tóxicos a los que estamos expuestos, por ejemplo, en la alimentación, como el engorde artificial de los animales, los vertidos tóxicos a nuestros mares y océanos, los abonos químicos y pesticidas y los conservantes, saborizantes, aromatizantes, etc. que nos invaden.
Hay que añadirle los productos elaborados, que están cada día más y más a nuestra disposición: más del 80% de los productos de las estanterías de los supermercados en los que habitualmente compramos son elaborados.
Por otro lado, debemos tener en cuenta todos los nuevos tóxicos que nos encontramos en nuestro medio ambiente, desde las nuevas emisiones a nuestra atmósfera, hasta los productos químicos que utilizamos para la limpieza de nuestro hogar o nuestra higiene personal. También hay que destacar la importancia de la contaminación electromagnética que nos rodea a través de móviles, wifis, antenas repetidoras, etc.
Todos estos nuevos tóxicos se suman a los propios que crea el organismo por el nuevo tipo de vida acelerada que llevamos en estos últimos años, generando un importante estrés.
Nuestro organismo no está acostumbrado a ellos, ya que necesitamos varias generaciones para adaptarnos gradualmente a toda esta toxicidad y es evidente que no es el caso, puesto que sólo en treinta o cuarenta años nos hemos rodeado de todas estas nuevas homotoxinas.
Esta alarmante situación produce el aumento significativo de enfermedades crónicas (se han censado más de 19 millones de enfermos crónicos en España) y el incremento de procesos agudos como los ictus, los infartos, etc. Otro dato muy significativo es la aparición y la exagerada evolución de nuevas dolencias, como el síndrome de fatiga crónica, el de sensibilidad química o la fibromialgia.
Hace poco más de 20 años no se conocían casos de fibromialgia; sin embargo, en estos últimos años ha crecido el número de ellos de una forma alarmante (se contabilizan más de un millón de personas afectadas en España). Y lo peor es que esta cifra sigue aumentando a diario. Estamos convencidos de que estos alarmantes datos son consecuencia de todos los nuevos tóxicos mencionados.
Esto conduce a una imperante necesidad de depurarnos, puesto que en la actualidad nuestros filtros, es decir, los órganos encargados de la depuración de nuestra sangre y, en general, de nuestro organismo, como el hígado, el riñón (causante de la retención de líquidos), el pulmón, la piel y el intestino, se encuentran en la actualidad sobrecargados.
En el mercado encontramos diferentes productos que ayudan en la depuración de nuestro organismo, unos más enfocados a drenar el hígado, otros al riñón, la sangre o el pulmón.
En Ondalium confiamos en que el Extracto Fluido Concentrado de Ajo Negro (EFCAN), en gotas, es, con diferencia, el depurativo y detoxificador más completo, ya que que nos ayuda a limpiar todos nuestros filtros sin excepción, así como a limpiar el tejido que rodea nuestras células, que está impidiendo que éstas se oxigenen y nutran de manera óptima.
Si concentramos todos los principios activos del ajo negro de una forma biodisponible, van a llegar a lo más profundo de nuestros tejidos de una forma muy directa, ayudando a la depuración y a la salud de todo nuestro organismo. Además, este extracto estimula los mecanismos naturales de desintoxicación celular.
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